domingo, 18 de septiembre de 2011

DIA 8


  Así seguí día tras día, año tras año....

  Acabé odiándome a mi misma y me castigaba por ello, tanto psicológicamente como físicamente. Es decir, dejaba que los demás me manipularan a su antojo, me autolesionaba... ¿Y qué conseguía? NADA, bueno si, conseguía que me volvieran a ingresar una y otra vez... Y eso no se lo deseo a nadie, se pasa fatal.

  No dejaba de sufrir, no dejaba de hacerme daño; Según mi padre yo era de las que me pegaban en una mejilla y les ponía la otra una y otra vez, de tropezar mil veces con la misma piedra. Lo mal que lo pasaron los pobres.
  Mi psiquiatra decía que era un “corazoncito con patas” que no tenía coraza y siempre me hacía o me hacían daño y que si seguía así acabaría pasando lo peor; ¡Qué razón tenía!

  Finalmente llegó un día en el que era tanto el odio que sentía hacia mi misma y hacia el mundo que provoqué un accidente con la intención de, palabra tabú para mucha gente, suicidarme.
Pero gracias a Dios no lo conseguí y me alegro de ello, hacer eso fue un acto egoísta ya que no pensé en lo mucho que sufrirían mis padres, mi hermana, en definitiva toda mi familia y mis amigas, en especial una, Lorena, con todo aquello.
¿Cómo puede hacerlo? No lo sé.

  Después de aquello sufrí durante bastante tiempo amnesia temporal y aún sigo teniendo lagunas, pequeñas lagunas que intento aclarar preguntando y otras que por desgracia se me aparecen en sueños, no son pesadillas, son recuerdos.... Por un lado sería mejor no haber recordado nunca con tanto detalle lo que pasó pero por otro ¿cómo iba a hacer sino para superar todo aquello?

  Cómo me sentí después, las consecuencias de mis actos y como fui superándolo poco a poco y estabilizando mi enfermedad lo iré contando en los próximos artículos.

Gracias por leerme y espero que sigáis haciéndolo

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