jueves, 25 de agosto de 2011

DIA 4

De vuelta a mi historia, a mi vida...

Un día como hoy, 25 de Agosto, todo cambió...
Os preguntareis porqué, la cuestión es que hace algunos años atrás falleció una persona muy querida por mucha gente; Su familia, sus amigos... Todos siempre lo tenemos presente. Esa persona era Fran, mi tío, el cual tuvo un accidente días antes junto a su novia Eva, la cual murió en el acto.
Ese día me encontraba en Enderiz junto a mis padres y mi hermana, fue el último verano que pasamos allí...

Años antes....

-¡Claudia al colegio!- Era mi madre, tenía que irme; Ese día no tuvo que insistir mucho a pesar de tener que volver a pasar esas horas tan tristes y feas de los días de colegio. Ese día era el último día de clase; ¡Al fin verano! Enderiz nos espera... Las gincanas que organizaba mi padre, los chapuzones en la piscina, los bailes de las “Atrevidas” (Mi hermana Rosa, mis primas Leticia y Sonia y yo). ¡Qué tiempos!
Esos eran los únicos días del año en los que me alegraba de ser quién era, en los que no me sentía inferior a todos los demás niños, en los que ser yo, ERA GENIAL...

Ese pueblo, todo lo que en ese lugar se encontraba me daba alegría, y a pesar de que Enderiz ya no existe en nuestras vidas, sigue existiendo en mi corazón.

Aquel fatídico día todo cambió, Enderiz ya dejo de ser mi Enderiz; Mi tío, el mismo al que escuchábamos hablar con su novia escondidas tras la puerta, el mismo que me decía –Claudia ¿Me compras tabaco?-, -No quiero bajar-, -Si bajas te doy dinero y te compras lo que quieras-; Vamos si bajaba, volando, y tras de mi, mi hermana y mis primas por si caía algo.... Cómo sabía camelarnos....

He querido hacer mención de ese suceso porque para mí mi tío Fran me salvó la vida muchos años después, desde allí donde se encuentre, el lucho por mi vida, el me la devolvió; El y Dios; Sé que él me quiere aquí con vida y eso es una de las cosas por las que me animé a contar mi historia.

De vuelta al colegio...
Ese fue el penúltimo año que estudié en mi primer colegio, día tras día me sentía más inferior, noche tras noche sufría terrores nocturnos;  Entonces fue cuando comenzó a visitarme un psiquiatra, ahí fue cuando empezaron a sospechar que todo esto, los insultos, mi baja autoestima, mis lloros, mis lamentos... Eran el principio de una fea enfermedad....


Este artículo va dedicado a toda mi familia, a todos aquellos los cuales han hecho posible que después de caerme haya logrado levantarme, a los que están aquí y a los que se marcharon...
Mil gracias. OS QUIERO