Aquí
estoy de vuelta, ¿veis como no iba a tardar tanto? Lo prometido es deuda...
Siguiendo
donde lo dejé el día anterior:
Lo que pasó es que de ser una niña
callada e introvertida, de temer el salir a la calle... Pasé a ser una
adolescente muy problemática, tanto en casa como en la calle, en realidad no
era una sola persona, me sentía tan inferior a todo el mundo que cogía un poco
de cada persona y así fue como de mi personalidad, de mi persona, no quedó
nada, se hundió en lo más profundo de mi ser; En realidad yo misma escondí mi
persona bien enterrada porque creía que a nadie le gustaba, soñaba con ser otra
pero lo único que conseguí fue hacerme daño a mi misma y a mi familia.
Soñaba
con ser popular, con tener miles de amigos, con ser querida... Lo que no sabía
o no quería saber es que si TÚ no te quieres, si TÚ no eres tu misma, NADIE te
puede querer ni conocer porque en realidad ni tu misma te conoces.
Así pasaba el tiempo, Acudía a la
consulta de Fernando siempre que él o mi madre me lo pedían pero ¿para qué?
Decía yo... Ilusa, tenía que haberme dejado ayudar, no tenía que haber creído
que algo así no me podía pasar a mi... Que equivocada estaba.
Pero ahí
seguía yo creyendo que podía con todo, buscando el amor por aquí y por allá
pero ¿a qué no sabéis que encontraba? No encontraba nada, ese amor que yo
buscaba NADIE me lo podía dar, ese amor, ese cariño ÚNICAMENTE me lo podía dar
yo a mi misma ¿sabéis por qué? El amor que yo buscaba era ese amor que solo tú
mismo te puedes dar , la aceptación de cómo eres, el quererte, el amarte... Si
tu no te quieres difícilmente vas a conseguir querer y dar amor a otros;
Empieza por ti mismo y luego, solo cuando te quieras tú a ti, solo entonces
podrás querer a otros como se merecen.
Bueno en definitiva en vez de amor lo
que encontraba era sentirme “utilizada” y al final herida, me engañaban, me
mentían; Menos mal que aún el sexo no tenía lugar en mi vida, si no ya aquello
habría sido el súmmum... Y para colmo tonta de mi dejaba que lo hicieran una y
otras vez.
Un día, cuando apenas tenía dieciséis
años creí haber encontrado el amor, que lejos de la realidad, me obsesioné tanto que me iba lastimando día
tras día, año tras año...
Así empezaron los ingresos en centros
hospitalarios primero por crisis de ansiedad y después por cosas peores; Pero
eso ya es otra historia, historia que comenzaré en el próximo artículo.
Quereros a vosotros mismo, quereros,
amaros, aceptaros... Nadie es más ni menos que nadie, todos somos iguales. No
os menospreciéis.
¡Hasta
pronto!